Todo empieza como todo en la vida. Sin un porqué, o con un ¿porqué no?.
Una noche. Unas risas. Unos chistes. Unas copas. Unas miradas...
No hizo falta mas para caer en el hechizo en que todos caemos.
Una y otra vez ocultos bajo la ausencia del sol mientras recorre la otra cara del planeta.
Pero tan pronto como el sol mostaraba su llegada todo volvía a tornar a la realidad. Cada cual
con sus sentimientos y su vida.
Pasan los dias pero nada evoluciona, quizás evoluciona la necesidad de pensar en la otra persona.
Pero no evoluciona el valor, el convencimiento, arriesgar, probar... evoluciona la frustración de continuos
intentos chocando contra la pared. Pero la pared permanece inplacable.Blindada ante golpes y golpes
de cariño y muestras de afectos.
En el fondo esa pared tiene mortero lleno de cariño y sentimientos y capas de bondad para decorarla.
Pero el miedo, el qué dirán, pensamientos, prejuicios... no dejan sacar lo mejor por ese muro inquebrantable. Pagaré las consecuencias y me acordaré muuuchas veces de sus palabra y sus caricias y sus autenticos gestos de amor.
Y lo siento... Pero en el fondo creo que yo tambien la quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario