Destrozado por sus
palabras,
por su incoherente e
inmadura forma de pensar y actuar,
pero sobretodo por
soportar impasible los brillantes ojos de aquella chica.
A la mañana siguiente
fué todo a peor.
Como cada mañana el
chico se despertó con el monótono ruido del despertador.
Se levantó cansado al
no haber conciliado bien el sueño.
Durante el trabajo no
pronunciaba palabra.
Aquella mirada,
aquellos gestos, aquel amor rechazado.
Todo era un círculo vicioso
que no abandonaba
su mente.
Acabó el día.
Pero el chico no consiguió
charlar con la chica,
ni verla, ni saber
nada de ella..
No sé qué fue lo que
le sucedió a la chica
en esta historia.
Lo que sí sé es que
el chico lo pasó mal,
porque su mente cerró
su corazón e impidió
quererla.
Cribó cada situación dejando
entrar sólo lo que quería dejar entrar.
Pero su corazón robaba
todo aquello que su mente no le permitía poseer. Como un acto reflejo lo
robaba.
¿ Que corazón puede
rechazar la dulzura, ternura, caricias,
preocupación desinteresada,
atención, ininterrumpida miradas,
sonrisas...de un alma
blanca ?
El final de esta
historia tampoco lo sé.
Pero sí sé que el
chico sacó una conclusión.
El corazón puede
elegir lo que la mente ha rechazado.
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